Quiénes somos

La Asociación de Reparadores del Seguro está formada por un amplio grupo de reparadoras y reparadores del sector con amplia experiencia y de reconocido prestigio, así como por juristas, economistas y otros profesionales ligados al sector.

En cumplimiento de la ley (L.O.P.D.) y para evitar «represalias», mantendremos bajo total confidencialidad los nombres y razones sociales de nuestros asociados.

Conoce la Asociación

Descubre cómo funciona la Asociación de reparadores del seguro y descubre como te ayudamos a ti y a nuestro sector. Tanto las reparadoras como el reparador se encuentran en estos momentos en una situación de total INDEFENSIÓN.

Origen de la asociación

¿Cuál es el ORIGEN de la Asociación?

Creamos esta Asociación para luchar por garantizar la continuidad, la sostenibilidad y la rentabilidad del negocio de sus asociados y del sector de reparaciones en general.

Nuestro objetivo es garantizar la continuidad, sostenibilidad y rentabilidad del sector asegurador y de reparaciones, que emplea a más de 45,000 familias, frente a los constantes cambios y factores que amenazan su operatividad y beneficios.

Garantizar Continuidad

Asegurar la sostenibilidad y rentabilidad del sector de reparaciones y de los negocios de sus socios.

Sector Reparador Fuerte

Consolidar un sector de reparaciones de seguros profesional y sostenible mediante formación y negociación justa.

Calidad y Formación

Crear una Escuela de Oficios para formar y certificar profesionales cualificados y promover sellos de calidad.

Algunos datos

Profesionales reparadores de siniestros

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No están satisfechos con el trabajo en siniestros

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Abandonarían la reparación de siniestros si pudieran

%

Que se dan de baja no vuelven al sector seguros

14% de bajas de empresas 26% en bajas de autónomos

Inconvenientes

Principales problemas de nuestro sector

Todos estos problemas contribuyen a generar una nefasta imagen de las reparadoras en el mercado asegurador.

Inflación galopante

Más del 6% anual en costos de combustible, vehículos, materiales, servicios y mano de obra.

Baremos estancados

Baremos de precios un 50% por debajo del precio de mercado. Precios y conceptos de baremo sin actualizar (más de 10/12 años), abusos en las tarifas mínimas, no se pagan visitas, disposición de servicio, urgencias a precios razonables ni desplazamientos. Precios de los materiales congelados, y la mano de obra muy por debajo de convenio.

Gestión de siniestros no remunerados

Las reparadoras gestionan siniestros, incluyendo costos administrativos, sin recibir remuneración adicional de la aseguradora. Todo el proceso de la vida de un siniestro, desde la tramitación hasta la facturación del expediente, está incluido en el precio del baremo, sin tener en cuenta el esfuerzo y la complejidad de la gestión que tiene un coste superior al de la reparación.

Escasez de profesionales

La falta de profesionales en el sector es alarmante: nadie se preocupa de la captación, la selección y la formación, no hay relevo generacional, pocos están dispuestos a trabajar en las condiciones actuales (bajos salarios, alta exigencia, responsabilidad, falta de fidelización y escasa formación).

La red actual se siente frustrada, explotada y nada valorada. Cada vez más dejan las reparaciones de los seguros para pasar a la reforma o a la reparación en comunidades y son profesionales que no volverán a este sector.

Si añadimos los que se están jubilando, el panorama en el sector se complica demasiado.

Mayores exigencias

Día a día aumentan los trámites y protocolos en la gestión por decisiones de aseguradoras y compañías de asistencia pero en realidad, el trabajo de esos trámites lo realizan las reparadoras, sin embargo, son las compañías de asistencia las que cobran por esa gestión.

Financiación del reparador

Cada vez son más frecuentes en determinadas compañías los pagos al cierre del siniestro, descapitalizando a los reparadores y acumulando meses sin cobrar. Esto obliga al reparador a tener que financiarse recurriendo a polizas de crédito generando inseguridad y una gran carga financiera.

Falta de continuidad

La falta de garantía de un volumen mínimo de expedientes o facturación anual por parte de las compañías, junto con los riesgos de fusiones y cambios en las cúpulas de decisión, afecta la estabilidad de las reparadoras. Ante esta incertidumbre, muchas reparadoras están optando por enfocarse en clientes particulares y empresas, donde hay mayor demanda, mejores precios y condiciones, y una gestión más favorable, dejando en segundo plano los servicios para aseguradoras.

Peor trato al asegurado

Los bajos precios y las altas exigencias obligan a las reparadoras a realizar más servicios diarios para cubrir su jornada, lo que genera retrasos, estrés y un servicio de menor calidad, provocando más quejas. Algunas compañías optan por indemnizar al asegurado para no realizar los trabajos y evitar retrasos e incidencias.

Como esas indemnizaciones las suelen hacer con el precio de baremo que le imponen al reparador, precios bajos, el asegurado no encuentra a ningún profesional que lo realice por ese precio.

Por ende, el asegurado le pone reclamación a la aseguradora que al final acaba indemnizando por el precio que le propone el asegurado y en muchos casos es la misma reparadora que sacaron del circuito la que realiza dichos trabajos. 

Conclusión, es más barato reparar que indemnizar.

Nula negociación e interlocución

En un sector altamente concentrado, las reparadoras no tienen capacidad de negociar. Las compañías imponen precios, condiciones y contratos sin participación alguna de las reparadoras, aprovechando su posición dominante. No importa la especialización o la ubicación, todos operan bajo el mismo contrato y baremo, sin garantías de volumen o facturación.

Nula fidelización

Las compañías ofrecen escasa atención y mínima resolución a los problemas de las reparadoras, no tienen con quién hablar ni son escuchadas. La formación de los tramitadores de las compañías es insuficiente, y la reparadora, siendo clave en la gestión del siniestro y quien da la cara, no recibe el apoyo ni las mejoras necesarias.

Auditorias a toro pasado y de dudosa profesionalidad.

En determinadas compañías, los presupuestos que pasan las reparadoras son autorizados por una máquina y hasta un límite. No siempre se pueden ajustarse a baremo ni al precio/hora que impone la compañía. Como autoriza una máquina, solo autoriza límite de intervención, sin tener en cuenta las particularidades de cada presupuesto. De ahí que cuando la reparadora envía la factura, la compañía la devuelve por no ajustarse a los baremos con el consiguiente gasto administrativo, desgaste personal y bajada de precio sin sentido a la reparadora que esto supone. 

Unido a las auditorías meses después, y normalmente desde un despacho, merman el margen y la capacidad financiera de las empresas reparadoras.

Volcado de datos y comunicaciones

Cada compañía utiliza su propio sistema tecnológico pero no existe un sistema que permita el volcado universal. Esto complica muchísimo la gestión del siniestro aumentando el número de personal administrativo y los costes para las reparadoras.

No parece que se vayan a producir cambios al respecto, lo que implica un alto coste de gestión.

confían en la asociación

Algunas de las empresas y medios que colaboran con nosotros

La Asociación cuenta con una extensa red empresas que hacen que nuestro proyecto pueda ser una realidad solida y de gran valor.